Realmente el enunciado suena como algo
mentiroso pero a ciencia cierta está demostrado que el consumo de ácidos grasos
mono insaturados y poli insaturados son muy importantes para los tratamientos de enfermedades de colesterol, triglicéridos y
enfermedades cardiovasculares.
Estos tipos de grasa influyen en la formación
de HDL (colesterol bueno) que por su tamaño molecular sirven como vehículos para
llevar el LDL (colesterol malo) al hígado y metabolizarlo.
Intervienen en numerosos y variados procesos
fisiológicos y un aporte adecuado es indispensable para un funcionamiento
correcto de todo el organismo.
Entre las principales funciones tenemos:
-Reducen la acumulación de lípidos en las
paredes arteriales
-Disminuyen la presión arterial
-Intervienen en el mantenimiento y
realización de la contracción cardíaca.
-Inducen la reducción de los niveles
sanguíneos de triglicéridos.
-Intervienen en la síntesis de colesterol y
simultáneamente promueven la eliminación del exceso de colesterol sanguíneo.
¿CUÁLES SON LAS FUENTES ALIMENTICIAS?
Sobre todo estos tipos de grasas se encuentran
en alimentos de origen vegetal como la palta, aceitunas, aceite sacha inchi,
pecanas, aceites de semillas (girasol, maíz, soja), los frutos secos grasos u
oleaginosos (nueces, almendras, avellanas, etc.), los cereales de granos
entero, la soja
En los alimentos de origen animal el que
podemos rescatar es al pescado que tenga presencias de manchas azules, y el
aceite de hígado de bacalao.
Por lo tanto ROGRISALUD recomienda consumir una
porción en el medio día junto a las verduras o legumbres.
Ojo: no debemos olvidar que estos tipos de
grasa también son de vital importancia para formar el líquido sinovial que se
encuentran en todas las articulaciones, protegiéndonos así de dolores o inflamaciones
en las articulaciones. Los ácidos grasos omega 3 mejoran la retención de
minerales en los huesos inhibiendo, de esta manera, el desarrollo de
osteoporosis.
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